Gemma Trigueros, coordinadora de Alimentación de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) y responsable de actividades de Lobby Internacional para el grupo Euroconsumers en temas alimentarios, es una de las ponentes de la Semana de la Ciencia y la Innovación Alimentaria "Alimenta tu Innovación". Es, además, miembro del Food Group del BEUC (Oficina Europea de Asociaciones de Consumidores) y del Consejo Consultivo de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria. //Isabel del Pueyo Sancho/CTIC-CITA
¿Está el consumidor en el centro de la innovación alimentaria?
A veces sí y a veces no, pero normalmente se le pide poca opinión antes de hacer cambios en los productos, de forma que muchas veces después de un cambio deben volver a la fórmula original porque al gran público no le gusta la nueva. Innovar para el consumidor pero sin el consumidor no es una buena idea, porque podemos encontrarnos con muchas sorpresas.
¿Cuáles son las principales preocupaciones de los consumidores en este campo?
La sostenibilidad de la producción, los alimentos saludables pero que funcionen de verdad, por supuesto ahora el precio es un preocupación importante y comprar solo lo necesario, con envase más pequeños para unidades familiares más pequeñas. Los nuevos productos que faciliten cocinar, nuevos sabores, exóticos etc..
¿Nos dejamos llevar más por el marketing que por las necesidades reales?
Pues a veces si, pero el marketing dura poco, puede producir una primera compra de impulso cunado hay un producto nuevo, y sobre todo si va acompañado de una campaña publicitaria fuerte, pero si el producto no aporta nada no funcionará. Lo importante es la segunda oleada, no al primera.
¿Difieren las demandas de los consumidores españoles de las de otros europeos?
No mucho, probablemente nos estamos uniformando todos mucho y necesitamos las mismas cosas, aunque sí que puede haber sensibilidades diferentes.
¿Atiende la industria agroalimentaria a estas demandas?
En algunos casos si y en otros no, quizás porque no las conocen o porque la inversión es demasiada o porque no tendrían un impacto en todo el público sino solo en una parte.
Al margen de la innovación, la seguridad alimentaria es uno de los temas que más alarmas crea entre los consumidores. ¿Tenemos un buen sistema de control?
Tenemos un buen sistema, pero todavía tiene agujeros, o grietas, como se ha visto. Los últimos años, desde el escándalo de las vacas locas, el control se ha centrado mucho en la seguridad alimentaria, que es muy importante, pero hay que seguir también vigilando el fraude, que es donde más episodios hemos visto nosotros en nuestra organización últimamente. Sin embargo, la seguridad alimentaria es un campo, como todos, en constante evolución; se descubren nuevas mico toxinas, nuevos contaminantes y hay que mantenerse en guardia.
¿Cuál es el papel de su lobby? Pues ese que decíamos de mantener la guardia, vigilar lo legislado y los nuevos problemas no legislados, y pedir que se controlen; exigir que se terminen de desarrollar las normativas en curso, como la de información al consumidor y alegaciones, que una vez publicadas necesitan desarrollo en algunos aspectos y que, por lo que vemos, hay poca voluntad política de avanzar en ello a pesar de los plazos legales. Tenemos que ser el otro lado de la balanza ante las autoridades y frente a la industria, para que además de defenderse los derechos de la industria y atender a sus demandas, estas no vayan en perjuicio de los consumidores.
¿Obtienen resultados? Pues a veces si y a veces no. Respecto a la legislación de información al consumidor, conseguimos algunas de nuestras demandas, como la información nutricional obligatoria, la indicación del tipo de grasa, un tamaño de letra mínimo, etc., pero pedíamos más (la letra mas grande de los 0.9mm de mínimo, por ejemplo); lo mismo con la legislación de alegaciones, conseguimos incorporar los perfiles nutricionales pero luego no se han desarrollado: o sea, que una de cal y otra de arena.
En estos momentos, ¿cuál es su principal reclamación? Pues hay varios temas abiertos: el de alegaciones en botánicos y los perfiles nutricionales, micotoxinas, aditivos, fraude en alimentos (caballo y aceite de oliva)... En general se basan en dos pilares: alimentos suficientemente seguros (sabiendo que el riesgo cero no existe) e información en el etiquetado adecuada y veraz que nos permita a los consumidores comparar y elegir con todos los criterios claros.
¿Cómo puede un consumidor hacer llegar sus propuestas y reclamaciones hasta ustedes? Nosotros somos una organismo privado que tiene socios que abonan sus cuotas y esos son los que tienen un contacto directo con nosotros para resolver quejas y dudas o problemas concretos. Sin embargo cualquier sugerencia de un consumidor es bienvenida.