Sonia Riesco, investigadora del Área de Vigilancia y Prospectiva de AZTI Tecnalia, centro tecnológico especializado en investigación marina y alimentaria. Con una trayectoria dilatada en actividades de vigilancia, lidera el Observatorio de mercado de AZTI Tecnalia, en el que se enmarca la iniciativa Food Trend Trotters, y en el que se realizan estudios en torno a las tendencias y el consumidor que se integran en los procesos de innovación de la industria alimentaria."El consumidor tiene que estar totalmente integrado en las estrategias de innovación de las empresas", explica en esta entrevista. //María Lizarraga/CTIC-CITA
"Los consumidores son cada vez más proactivos, quieren hablar y ser partícipes, ser escuchados y tenidos en cuenta"
"Las tendencias no son estáticas, sino que van evolucionando. Por ello, una vez identificadas es importante monitorizarlas, hacerles un seguimiento""Estamos trabajando junto a CTIC-CITA e IRTA a través de la Comunidad Mundo Sabor en un estudio que nos dará algunas respuestas sobre las tendencias más relevantes para los consumidores"
"El proyecto Food Trend Trotters nos permitió comenzar a experimentar, a través de la observación a pie de calle, con el mundo de las tendencias"
"La faceta sensorial de los alimentos, además de evocar a las emociones, nos da mucha información sobre los productos que vamos a consumir"
"Un foodie es una forma de ser. Es alguien que, en el más amplio sentido, tiene una sensibilidad e interés especial hacia todo lo relacionado con los alimentos"
¿Cómo va a ser la alimentación de la próxima década?
El estudio de tendencias nos marca un horizonte y nos permite visualizar hacia dónde va a ir la alimentación. Así, avanzamos hacia alimentos procesados pero cada vez más naturales gracias a los progresos en el ámbito tecnológico y el conocimiento científico; funcionales no sólo desde el punto de vista de la salud, sino de la comodidad de preparación y consumo; alimentos experienciales y ligados a la parte más emocional de las personas; cada vez más adaptados a las necesidades y gustos de los consumidores, y por supuesto más saludables y sostenibles en el amplio sentido de la palabra.
¿Qué tipo de consumidor se identifica como más importante en la próxima década?
No se puede hablar de un consumidor-tipo, el gran reto es trabajar con los consumidores considerándolos desde la perspectiva de los perfiles sociales, es decir, que permitan agruparlos según necesidades, preferencias, aspiraciones? Sí que de forma muy general podríamos decir que el consumidor va a ser cada vez más sofisticado porque tiene la información y las herramientas para hacer la mejor elección, va a tener más conciencia y valores a la hora de comprar alimentos, va a buscar los productos con los que se sienta más identificado y que le simplifiquen la vida?Sin perder nunca de vista el factor precio: buscará productos que tengan el precio más acorde y ajustado respecto al valor que le aportan.
¿Alguna de las ocho tendencias que ha detectado el trabajo de AZTI tiene más peso que el resto de cara a los consumidores?
Actualmente estamos trabajando junto a CTIC-CITA e IRTA a través de la comunidad Mundo Sabor en este sentido. Se ha diseñado un estudio que nos dará algunas respuestas respecto a cuáles de las tendencias identificadas son más relevantes para los consumidores. Los resultados de dicho estudio esperamos poder comunicarlos a comienzos del próximo año.
¿Qué aporta la identificación y el análisis de tendencias a la industria agroalimentaria? ¿Cuál debe ser el papel del consumidor en la innovación alimentaria?
El consumidor tiene que estar totalmente integrado en las estrategias de innovación de las empresas. Es necesario tenerle en cuenta desde el comienzo del proceso de diseño de nuevos conceptos de productos que satisfagan sus necesidades. El estudio de tendencias lleva implícito las motivaciones de los consumidores, lo que les condiciona su comportamiento a la hora del consumo. Por ello, la identificación y el estudio de esas tendencias es clave como información de partida para abordar el desarrollo de nuevos productos. De esta forma se promoverá una innovación más rentable y exitosa para las empresas, así como relevante y de valor para los consumidores.
Además los consumidores son cada vez más proactivos, quieren hablar y ser partícipes, ser escuchados y tenidos en cuenta. Es una oportunidad que las empresas de alimentación no pueden perder, sobre todo cuando además existen todas las herramientas necesarias para establecer un canal fluido de comunicación entre empresa-consumidor.
¿Cómo estar seguro de que las tendencias que se identifican tienen base solida en una sociedad cambiante?
Las tendencias no son estáticas, sino que van evolucionando, pudiéndose convertir en masivas y consolidadas o mantenerse en un estadio incipiente y sólo afectar a nichos de consumidores. Por ello, una vez identificadas es importante monitorizarlas, hacerles un seguimiento para ver su evolución en esta sociedad que cambia a un ritmo frenético.
¿Podría la crisis económica modificar las preferencias del consumidor y hacer que abandone motivaciones como el placer, la experimentación o, incluso, la preocupación por lo más saludable y se limite a elegir en función de disminuir el gasto? ¿Qué le dice su experiencia en investigación de mercados?
Por supuesto que la crisis económica está cambiando muchas cosas, entre ellas los hábitos de consumo de alimentos. Pero no podemos olvidarnos de que las personas somos seres emocionales, por lo que siempre estarán subyacentes las motivaciones de compra de orientadas a nuestro ego que nos provoquen placer, diversión, o nos permitan cuidar de nuestra salud y promover nuestro bienestar tanto físico como emocional. Por lo tanto, el punto clave será el equilibrio entre el valor que percibe el consumidor de un producto y el precio real que éste tiene. El consumidor valorará si está dispuesto a pagar un mayor precio (el precio justo, si lo considera así) o no. Por supuesto hay situaciones que nos alejan de todos estos factores de compra para centrarse en el precio. Pero no podemos olvidar que también hay gente que no está tan afectada por la crisis, y que incluso esta coyuntura le está abriendo nuevas oportunidades de consumo.
¿Qué opina del "sensory branding" o "branding multisensorial" del que tanto se habla en el mundo del marketing y su aplicación a productos de la industria agroalimentaria?
Lo sensorial para nosotros es muy relevante. De hecho tenemos un área de investigación sensorial en la que se están abordando cada vez más proyectos y muy interesantes. Entre las tendencias identificadas, también una de ellas está íntimamente ligada a las experiencias multisensoriales. Al final, la faceta sensorial de los alimentos, además de evocar a las emociones, nos da mucha información sobre los productos que vamos a consumir. En todo este contexto, el marketing o branding multisensorial se perfila como una herramienta muy poderosa para dar los argumentos necesarios al consumidor para que compre un producto.
Foodie: una forma de ser
Por último, se autodefine en el blog de Food Trend Trotters como 'foodie', ¿cómo lo traduciría-definiría? ¿Cocinillas, gourmet, amante de la comida, gastrónomo...?
Un foodie es una forma de ser. Es alguien que, en el más amplio sentido, tiene una sensibilidad e interés especial hacia todo lo relacionado con los alimentos, un amante y apasionado del mundo alimentario. Esta personalidad se puede manifestar en distintos aspectos: gusto y disfrute por comer y cocinar, interés por la parte más científico-tecnológica de la alimentación, atracción por las novedades, ser un "anticipado" a la hora de probar nuevos productos?Para mí es un gran lujo, siendo una foodie, trabajar en un centro tecnológico de investigación alimentaria. Pero mi máxima expresión foodie es cuando viajo, donde disfruto tanto viendo un paisaje o un monumento como paseando y probando en un mercado, o pasándome, como en mis últimas vacaciones en Singapur, ¡dos horas en un supermercado buscando innovaciones entre las estanterías!
"EATendencias, el consumo alimentario en Europa horizonte 2020" es el título de su ponencia en la jornada Innovación en la industria alimentaria a través del consumidor, organizada por el Clúster FooD+i en la sede de Consebro y en la que también han colaborado AZTI y CTIC-CITA. ¿Cuáles son las EATendencias?
Sonia Riesco es responsable del proyecto Food Trend Trotters que se presenta como un nuevo enfoque para presentar la innovación alimentaria. Este es el balance que nos hace de la evolución y resultados de este proyecto que inicia su tercera temporada:
El proyecto Food Trend Trotters nos ha abierto muchas puertas tanto dentro de AZTI para abarcar nuevos proyectos como de cara al exterior. Primero porque fue una iniciativa pionera que nos permitió abordar la actividad de vigilancia de mercado de una forma nueva. Aprendimos nuevas formas de trabajar, con nuevas metodologías, obteniendo una información única que no hubiésemos conseguido sólo con la vigilancia tradicional. También nos ha supuesto un gran paso en el ámbito de la comunicación, abriéndonos a la comunicación a través de la web social y generando una comunidad en torno al proyecto que a su vez colabora en la difusión y la aportación de información al mismo.
También nos ha posicionado mucho a nivel mediático, como centro innovador, pionero y con resultados, entre los cuales se encuentran estas EATendencias de las que hablamos. Han sido los propios medios de comunicación los que han llamado a nuestras puertas, ofreciéndonos unas oportunidades de difusión y posicionamiento que no habíamos tenido con muchos de nuestros proyectos previos.
También ha sido la primera piedra para avanzar en el estudio de las tendencias, y ahora nos abre camino hacia nuevas iniciativas como "The Food Mirror", un paso hacia adelante en el ámbito de la investigación e identificación de tendencias, que lanzaremos a comienzos del 2013.
¿Qué papel ha tenido Food Trend Trotters en la identificación de las tendencias para el 2020?
El proyecto Food Trend Trotters nos permitió comenzar a experimentar, a través de la observación a pie de calle, con el mundo de las tendencias. Además, la información recibida a través del proyecto nos ha permitido visualizar manifestaciones, ejemplos en productos y servicios, de las tendencias que íbamos identificando como más relevantes para el sector alimentario.