Armand Touzanne (Pyrénées Génétique Bovins)

"Hay que hablar de cultura al hablar de alimentación"

La colaboración de distintos agentes desde la genética a la transformación e innovación en producto, pasando por el engorde y la I+D+i han confluido en un proyecto europeo con dimensión territorial y visión de sostenibilidad. El proyecto G+T Valora que acaba de concluir ha unido a socios de ambos lados del Pirineo (Midi-Pyrénées y Aragón) y valle del Ebro (La Rioja), a través de Asicar y los recursos de CTIC-CITA, la Asociación de Productores del Pirineo yde  Pyrénées Génétique Bovins.

De la experiencia de esta colaboración, de las perspectivas del primer eslabón de  la cadena que representa la ganadería de calidad genética para el engorde y de los nuevos caminos de la alimentación hablamos con Armand Touzanne, responsable técnico de Pyrénées Génétique Bovins. La colaboración entre distintos agentes de la cadena de producción alimentaria abre grandes perspectivas y, a juicio de Touzanne, incide en que "hay que hablar de cultura al hablar de alimentación". // María Lizarraga / CTIC-CITA

 

Armand Touzanne: Innovar desde el primer eslabón

"Con el trabajo con el CTIC, muchos ganaderos han descubierto la valorización más allá del sector primario"
"No  sólo se debería trabajar en productos que buscan rendimiento económico, sino en productos que buscan calidad organoléptica"
"Como del primer eslabón, tenemos que prepararnos para el fin de la PAC o, por lo menos, para la bajada de las ayudas"
"Un proyecto futuro de colaboración podría centrarse en el consumidor al que nos dirigimos y cómo respondemos a las demandas"

Touzanne y el presidente de PGB, Joseph Deque, en la sede del CTIC

¿Qué ha supuesto para Pyrénées Génétique Bovins la colaboración con Asicar y el CTIC, así como con productores aragoneses?

Esta colaboración, y este proyecto, ha permitido dinamizar a los sindicatos de ganado selecto que son socios de Pyrénées Génetique Bovins, a los que ha agrupado para llevar a cabo un proyecto de cooperación europea que permite dar nuevas perspectivas a los ganaderos que se dedican a la selección de ganado ya que han descubierto que se puede ir más allá de la selección y, mediante la colaboración, alcanzar el engorde de terneros y la transformación de los productos.  Esta colaboración da a los socios de Pyrénées Génétique Bovins una vía de progreso.

Ustedes representan el primer eslabón, la producción genética, ¿cómo valoran la relación con los centros tecnológicos y la transformación con el proyecto G+T Valora? 

El trabajo del CTIC interviene después del sector primario y ha sido una experiencia muy positiva porque muchos ganaderos han descubierto la valorización más allá de la producción primaria y una experiencia tecnológica. Los ganaderos no estaban acostumbrados a trabajar con los siguientes eslabones de la cadena con un objetivo común.

Con esta colaboración con otros eslabones, vamos a engordar, vamos a transformar y todo esto es un camino nuevo y muy interesante porque es la oportunidad de decir que hay posibilidades, hay ideas y un camino muy fecundo.

También muy importante del proyecto es el establecimiento de lazos de amistad y colaboración entre agentes de sectores con problemas comunes de distintos territorios. Esta colaboración se remonta casi diez años con el CTIC y más de 20 con los socios aragoneses.

¿El camino fecundo, esta filosofía de trabajo, es transferible a otros territorios?

Sí, creo que tenemos que trabajar en valorizar sobre el territorio las producciones primarias y transformar los productos primarios, promoverlos y meterlos en el mercado. A mí me parece que es la vía para el futuro y para todos.

Desde la óptica que representa del primer eslabón en la cadena productiva y desde el otro lado del Pirineo, ¿cómo ve la situación actual del sector cárnico desde el punto de la ganadería?

Es difícil. Hay incertidumbre  porque no se sabe qué va a pasar con las ayudas de la Unión Europea más allá del 2014 y, por otra parte, el mercado está flojo. Hay que buscar soluciones para dar más valor a la ganadería, no sólo vendiendo terneros como se ha hecho hasta ahora, sino buscando, como hemos hecho con el proyecto G+T Valora, productos terminados y transformados. Hay que buscar nuevas soluciones para que la ganadería se mantenga en el territorio. Y, por supuesto, se mantenga la población.

¿Con o sin PAC?

Sobre todo sin PAC, porque tenemos que prepararnos al fin de la PAC o por lo menos a la bajada de las ayudas. Esto quiere decir que tenemos que buscar otras soluciones. Creo que con el desarrollo sostenible, con los problemas ligados al transporte, por la huella de carbono y los costes, lo que va a ocurrir es que el consumo se va a hacer más en el propio territorio y tenemos que prepararnos para eso. A la preparación de producto, la transformación, la promoción, organización de las redes de distribución?Todo y, en este sentido, el proyecto G+T Valora encaja perfectamente en esta visión.

Resultados del G+T Valora son los nuevos productos transformados y preparaciones que se han desarrollado para dar valor a piezas de carne de vacuno hasta ahora poco utilizadas en las que se ha contado con expertos cocineros locales, ¿qué augura a los nuevos productos? ¿Van a tener éxito?

Desde mi punto de vista, el chorizo con carne de vacuno es el que tiene un futuro con mejores posibilidades.  Otros productos como el kebab o los marinados dependerán de las respuestas del gran público consumidor. Quizás una reflexión que podría hacerse para un proyecto futuro es saber a qué consumidor se dirige el producto, cómo hacemos para llegar a ellos, para contestar a sus demandas, a su necesidad y hacerlo desde el punto de vista tanto del producto sostenible como de la calidad organoléptica, en la que tendríamos que trabajar más y no quedarnos en los productos industriales. Es una opinión personal.

Si hablamos de productos con calidad diferenciada, esta calidad tenemos que diferenciarla en el mercado frente a productos completamente industriales.

Los nuevos productos cárnicos se presentan como una oportunidad de competitividad para el sector desde el primer productor hasta llegar al consumidor. Por ello, los transformados del G+T Valora se presentaron y cataron junto a nuevos productos de empresas asociadas a CTIC-CITA, ¿cómo valora esos nuevos productos?

Bueno, tengo mi paladar y esta opinión es muy personal... Me ha gustado mucho el chorizo con vino, por ejemplo. Es importante la innovación y que se vaya profundizando en la tipicidad y fineza de nuevos productos.

¿Hacia dónde va la investigación de la industria alimentaria en Francia?

La investigación está dirigida a productos industriales y no se dedica a productos que portan valores y que son los productos del futuro. Pienso que es un error.

Hay que hablar de cultura al hablar de alimentación. Estamos trabajando para los anglosajones. Nosotros tenemos cultura latina, del sur, y la comida es un momento de convivencia, de reunión, es un momento en el cual se comparten las ideas? lo es todo.  La cultura del norte no es lo mismo, se alimentan para mantenerse en vida y para trabajar? Pienso que en el sur tenemos que trabajar sobre nuestras fuerzas.

Hacia la calidad organoléptica

¿Qué fuerzas son esas?

Los consumidores son distintos, hay gente con más o menos dinero y otras diferencias, pero también cada día hay gente que busca productos más saludables porque son plenamente conscientes y que buscan productos que no son sólo para alimentarse, sino que son productos que llevan valores, como los sentidos de cultura o de tradición. Por ello, no sólo tenemos que trabajar en productos para cumplir las necesidades básicas de alimentarse que de lo que se ocupa la investigación más ligada a la masificación y a la industria más potente.

¿Qué líneas tendrían que trabajarse para que pymes y productores primarios aprovechasen las oportunidades de dar respuesta a nuevos consumidores?

El gusto cambia, estamos evolucionando y tenemos la capacidad de reconocer más sabores, más elaborados y, en este sentido, trabajar la calidad organoléptica es interesante. Estamos en unas sociedades más complicadas, más cultas, y, creo que la alimentación debe acompañar esa evolución. Así, la investigación no sólo debería trabajar con los productos industriales donde se busca rendimiento económico principalmente, sino con los productos que buscan calidad organoléptica, que tiene vínculos muy amplios. La calidad organoléptica hay que ligarla al humanismo, al placer, a la convivencia, a nuestra cultura del sur.