José María Fernández Ginés, Innofood by Neuron

31/10/11

"La I+D es una inversión que garantiza el futuro y no un gasto para las empresas"

José María Fernández Ginés, director de Innofood by Neuron

José María Fernández Ginés es director de Innofood by Neuron, empresa del sector de la biotecnología y tecnología alimentaria con sede en Granada, y doctor Ingeniero Agrónomo, en la especialidad de Industrias Agroalimentarias, por la Universidad Miguel Hernández de Elche. Explica en esta entrevista las oportunidades que ofrecen las herramientas biotecnológicas a las empresas agroalimentarias para abrirse a nuevos mercados y, en especial, a mercados internacionales en un momento en el que el horizonte se dibuja incierto y complicado. Fernández Ginés ha participado en una jornada sobre aplicaciones de la biotecnología al sector agroalimentario que contó con la colaboración de CTIC-CITA.

"Con todos los avances de la biotecnología en los últimos tiempos, sería una pérdida de oportunidad no hacer uso de ella para el crecimiento empresarial"

"De nada sirve investigar en campos donde ni la industria ni el consumidor van a mostrar interés en su aplicación"

"Se está trabajando en el diseño de alimentos para usos de un segmento de población específico y con unas necesidades específicas"

Biotecnología y sector agroalimentario

En general, la sociedad piensa en "monstruitos" y en modificación genética cuando se habla de biotecnología. ¿Es así?

La biotecnología abarca muchos campos de trabajo, no solo la modificación genética o los alimentos genéticamente modificados. En el campo de la biotecnología, por definición, trabajamos con todo aquello que esté vivo. Sin embargo, esto abarca tanto la utilización de microorganismos para funciones específicas, obtención de compuestos de interés o nutraceúticos a partir de fermentaciones industriales, uso de enzimas para la mejora de procesos y productos, todas aquellas tecnologías aplicables para dar un uso a los subproductos de la industria agroalimentaria? Por lo tanto, el relacionar únicamente biotecnología con modificación genética es algo que debemos desterrar lo antes posible.

¿Qué aplicaciones destacaría de la biotecnología en la industria agroalimentaria?

Ya he citado algunas, pero básicamente aquellas encaminadas a la mejora de procesos y productos para la industria agroalimentaria. En este sentido, se puede hablar tanto de la obtención de compuestos de interés que puedan aportar ciertos beneficios saludables al consumidor como el desarrollo de procedimientos que puedan hacer los procesos de productos tipo lácteos, cárnicos, vinícolas, entre otros, mucho más rentables y diferenciados.

Brevemente, ¿qué empleos encontramos o son posibles en los distintos ámbitos de la cadena alimentaria?

Por un lado nos podemos encontrar con los alimentos probióticos, por ejemplo, fruto de un trabajo de mejora y optimización de una serie de microorganismos que supuestamente ejercen un efecto beneficioso sobre el organismo. Otro campo de actividad, en el que por ejemplo está trabajando Innofood by Neuron, es la identificación y aislamiento de levaduras autóctonas para la elaboración de vinos mucho más diferenciados tanto en calidad organoléptica como de proceso.

Otro uso que en nuestra compañía estamos dando a la biotecnología, es la evaluación de compuestos e ingredientes naturales tanto a nivel in vitro como in vivo. Es decir, realizar todo tipo de estudios a nivel de laboratorio para evaluar la capacidad y posible toxicidad de un compuesto y posteriormente, evaluarlo con un modelo animal como es el pez cebra, con el que se trabaja internamente.

¿Qué le diría a la empresa? ¿Es rentable apostar por estar herramientas?

Por supuesto, no es que sólo sea rentable, que lo es evidentemente, sino que se trata del uso de unas herramientas que pueden dar lugar a una diferenciación y al desarrollo de nuevos productos, con los que acceder a mercados nacionales e internacionales resulte una opción con unas mayores probabilidades de éxito. Hay que concienciar a la industria que la I+D es una inversión que garantiza el futuro de su compañía, en ningún sentido se debe entender como un gasto. Y por supuesto, con todos los avances de la biotecnología en los últimos tiempos, sería una pérdida de oportunidad no hacer uso de ella para el crecimiento empresarial.

¿Cuáles son las principales tendencias de aplicación de herramientas biotecnológicas en agroalimentación?

Principalmente, va encaminada a la mejora y optimización de procesos para aumentar rentabilidades y, con ello, márgenes; y por otra, la obtención de compuestos saludables a partir de fuentes naturales que ejerzan unos beneficios saludables sobre el organismo. Para ello se utilizan técnicas y procesos que gracias a la biotecnología pueden ser posibles.

Otra tendencia, es el etiquetado limpio de los alimentos o ?clean label?, donde la biotecnología puede ser una herramienta muy potente a la hora de buscar alternativas al uso de conservantes y otros aditivos, para la industria agroalimentaria.

En su exposición en las jornadas de OctubreBio en Logroño se refirió al uso de la biotecnología para la recuperar y dar utilidad a los residuos de productos de IV Gama, ¿en qué se concreta este uso? ¿Qué se está haciendo?

Se están haciendo grandes avances para el uso de los subproductos de las industrias hortofrutícolas, es un campo donde en Innofood by Neuron ya se ha avanzado y se lleva trabajando varios años, pero todavía queda mucho que hacer y sobre todo se requiere de industrias comprometidas a la hora de realizar estos proyectos.

¿Qué riesgos y limitaciones tienen estas tecnologías?

En principio los riesgos no los contemplamos y las limitaciones no debemos fijarlas nosotros. Confiamos en que las técnicas y herramientas que estamos aplicando para la industria agroalimentaria son 100% seguras y por supuesto, hay mucho camino por recorrer en este campo donde las posibilidades son enormes.

Se ha mostrado un tanto escéptico en su exposición en Logroño al desarrollo de los envases activos, ¿por qué?

A día de hoy, después de años de investigación, no es algo que se haya introducido en la industria agroalimentaria. Ya sea por las características de los propios envases o por su incremento de costes respecto a los materiales originales. Habría que ver qué valor añadido supone para la industria el uso de este tipo de envases y, por supuesto, confío en que a corto plazo puedan existir aplicaciones industriales de estas investigaciones.

¿Cómo sintetizaría la aportación de estas tecnologías a la seguridad alimentaria y las garantías al consumidor?

Todo lo que se está haciendo a nivel de I+D por empresas como la nuestra, va encaminado a aumentar la seguridad alimentaria, garantías y valor añadido al consumidor. Tanto si hablamos de procesos, productos u obtención de nuevos ingredientes, son líneas de investigación que principalmente tienen como objetivo satisfacer al consumidor y cubrir sus demandas y necesidades. De nada sirve investigar en campos donde ni la industria ni el consumidor van a mostrar interés en su aplicación.

Si con biotecnología se pueden hacer alimentos más saludables, ¿se puede hablar de alimentos a la medida del consumidor o de las necesidades nutricionales de cada persona como alimento-medicina?

Por supuesto, es un terreno donde ya existen grandes avances y a medio plazo se van a obtener interesantes resultados. Se está trabajando en el diseño de alimentos para usos de un segmento de población específico y con unas necesidades específicas. Por ejemplo, estamos hablando de alergias alimentarias, intolerantes al gluten, lactosa, etcétera.

Y por otro lado, el diseño de alimentos para la lucha contra la obesidad, para una alimentación específica en adultos...

Sin embargo, el relacionar alimento y medicina es algo que suele generar bastante polémica, la alimentación evidentemente es un potente aliado para la prevención de enfermedades, pero nunca podrá ser sustitutivo de una medicina, aunque sí un aliado.